Aprovechemos ahora que la casa está tranquila, que los niños han vuelto al cole y septiembre invita a recomponer agendas y rutinas. Hagamos recopilación de asuntos pendientes y analicemos a fondo los cambios que se avecinan.
Ya que nos lo han servido en bandeja, utilicemos esta plataforma de debate del turismo creada por Hosteltur diario de noticias de turismo para hacer una lista con todas esas cuestiones que el sector ha de resolver más pronto que tarde. Volvamos nosotros también al cole y elaboremos una lista de deberes (una To Do List, que se dice ahora). Tenemos hasta el 20 de noviembre para cerrarla. El día 21 debería estar sobre la mesa del nuevo presidente del Gobierno. Para que se lo lea sin prisa pero sin pausa y se lo pase al ministerio del ramo, si tiene a bien crearlo.
Si me permiten, empezaré la lista yo, desde aquí y con las sugerencias que vía Twitter muchos de vosotros me habéis pasado. Parece que sí, que hay mucho trabajo por hacer, pero nada es imposible. Veamos:
- La formación.- Profesionalizar el sector, formar a los jóvenes en turismo de calidad, ofrecer estudios que fomenten la investigación turística y la innovación… En definitiva, eliminar las carencias que impiden crecer con fuerza al sector. Un buen análisis de la situación actual nos lo presenta en Ministerios de Educación y Turismo Alfonso Vargas, y Caterina Jaume en Turismo secuestrado por Economía, publicados ambos en la Comunidad Hosteltur.
- La legislación turística.- El caos normativo en el que navega el sector es uno de los grandes escollos de crecimiento sólido con los que tropieza una y otra vez el turismo español. Cada comunidad autónoma tiene su marco legal, cada zona sus leyes, cada empresario, 25.000 normas a las que enfrentarse. El problema de la superposición de normativas legales que frenan la competitividad, así lo define Manuel Molina, director de Hosteltur, en uno de sus videoblogs.
- El exceso de burocracia.- Consecuencia directa de lo anterior, frena la iniciativa emprendedora, complica el crecimiento empresarial y dificulta la adaptación a situaciones de crisis como la que actualmente atraviesa España y el resto de Europa. Es, además un foco de corrupción, de conflicto y problemas a largo plazo que impide al turismo del país ser realmente competitivo. La necesidad de erradicarlo se arrastra desde hace décadas. Aquí un vídeo, que con mucho humor, caricaturiza el periplo de emprender en España.
- Renovación de la planta hotelera.- Es un reto que ya está en el punto de mira nacional, pero en el que, por desgracia, no se ha llegado a avanzar todo lo que se debiera. Ejemplos de que, al menos, ya existe una intención de dar un lavado de cara a los destinos litorales más consolidados del territorio nacional son el Consorcio de la Playa de Palma, el análisis sobre zonas turísticas maduras del Instituto de Investigaciones Turísticas de Alicante o el Plan Renove de Turismo del Gobierno central, entre otros.
- El polémico Todo Incluido.- La oferta complementaria no lo quiere porque supone firmar su tumba definitiva. El hotelero lo ofrece para evitar habitaciones vacías en plena crisis. Los vecinos denuncian la conversión de su localidad en destino “lowcost” y el “turismo de borrachera” que acompaña a algunos de estos lugares ensombrece la imagen de España ante el viajero que sí estaría dispuesto a pagar. La calidad baja, los ingresos también, como señala Joaquín Alegre en un estudio de la Universidad de las Islas Baleares (UIB).
- Promoción exterior.- Es necesaria, fundamental, pero a veces redundante: Turespaña y CCAA se encuentran promoviendo el mismo destino, cada uno por su cuenta, cada cual a su modo, uno con un dinero y otro con otro. Eso difumina la promoción, merma recursos sin llegar a dar una propuesta eficiente e, incluso, puede volverse en nuestra contra. Habría que diseñar una estrategia conjunta desde la cual puedan dibujarse y engarzarse otras actuaciones que sí pueden realizar las comunidades autónomas con eficacia. No olvidemos que la promoción exterior está en manos del Estado.
- La competitividad frente a destinos emergentes.- La batalla de los precios nos ha descolgado de la carrera. Los nuevos destinos se han aprovechado de esa debilidad y falta de adaptación que se ha demostrado en España y han logrado consolidar oferta y ganar demanda (incluso ¡subiendo precios!). Ligado al Todo Incluido, hemos perdido posiciones en lo que respecta a la relación calidad-precio y los touroperadores siguen moviendo los hilos: A pesar de la libertad que ha dado Internet al sector, los TTOO aún definen precios, monopolizan resultados y márgenes y marcan el tono de las temporadas.
- Los nuevos turistas.- En los últimos tiempos ha habido un cambio importante en los viajeros que recibimos en España. El consumidor se ha hecho más crítico, más formado y, por tanto, más poderoso en todos los aspectos, también cuando viaja. El turista de hoy en día no es de hace años: quieren más y mejor. Son más viajados, más exigentes y es necesario entender eso, saber qué buscan para poder dárselo y retenerlos. Fidelizarlos es el gran reto de un turismo español que se ha ido quedando atrás y al que urge inyectar una buena dosis de siglo XXI.
Seguro que en vuestro tintero, más experimentado que el mío en lidiar día a día con esta realidad, habrá otro montón de propuestas indispensables para plantear a ese nuevo gobierno que tendrá que dirigirnos a partir del 20 de noviembre (ya no queda nada…).
¡Las espero! Os dejo también un decálogo elaborado con las aportaciones de la red social de profesionales del turismo, la Comunidad Hosteltur. Es de 2010 pero es como si hubiera sido hecho hoy: Las cosas, por desgracia, han cambiado muy poco…
A ver si ahora sí, desde esta plataforma, podemos cambiar algo.
Eva Diz, redactora de Contenido SEO.
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