Unos días después de recuperarle el pulso al trabajo pendiente es momento de valorar la edición de Fitur 2010. Para todos aquellos que han expuesto o visitado la feria, es evidente que la crisis ha constituido el principal eje de las preocupaciones en el sector. La crisis tiene una sombra alargada y la previsión es que la incertidumbre que se deriva del discurso de la mayoría de actores implicados esté presente, al menos, todo este ejercicio.
Menos expositores y más visitantes. Fitur 2010 también ha servido de termómetro para medir el recorte de patronatos de turismo y empresas. Se acabaron los fastos de años anteriores y llegó la hora de gastar la suela paseando por los diversos stands de los clientes y competidores.
Con todo, Fitur como feria es víctima de los cambios en el sector. Tradicionalmente era la feria un espacio en el que poder conocer las novedades del año, abrir contactos comerciales y cerrar contratos. Hoy en día, las nuevas tecnologías reducen este valor presencial porque el contacto con el cliente puede llegar a ser absoluto a través de correo electrónico, skype, blogs, redes sociales y otras formas de comunicación activa.
Las nuevas tecnologías no convierten a Fitur en una feria irrelevante, ni mucho menos. En la peor de las adversidades, la feria sigue mostrando una fortaleza considerable, pero sí es cierto que ciertos hábitos modifican la agenda y necesidades de quienes participan.
Una excelente forma de medir la incertidumbre e ilusiones se encuentra en el vídeo de Fitur 2010 que se realizó a numerosos profesionales y visitantes de la feria. El vídeo, portada de Hosteltur ayer, refleja fielmente el abanico de impresiones que en la feria se vivió. Os dejamos con el vídeo y con la curiosidad de ser parte del mismo (primer corte en minuto 2.11 y segundo corte en el 8.34).
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