Cuando el éxito no se mide en euros

Es fácil reconocer el éxito en términos económicos. Tu proyecto gusta. Vendes y, sorpresa, te compran sin que tú generes el desencadenante de la decisión porque es el propio cliente quien lo demanda. Cuando lo piensas no lo puedes evitar: de alguna forma has abrazado el éxito y disfrutas con la satisfacción que ello supone. Sin embargo, no todo el monte es orégano.

Existen dos compensaciones básicas para quienes trabajan por cuenta ajena:

  1. El reconocimiento (la consideración de los demás por la capacitación profesional, méritos y competencias que se poseen) y
  2. El dinero (la retribución económica que se entrega a cambio).

Hay otras, por supuesto, pero sin al menos reconocimiento o dinero no se suele hacer un buen trabajo para otros. De hecho, las frustraciones laborales más comunes tienden a ser expresadas en alguno de esos dos escenarios.

En un proyecto empresarial personal las compensaciones difieren ligeramente. Reconocimiento y dinero se agradecen, claro, pero no bastan. Son fenomenales si los tienes y reafirman la necesaria vanidad que habita en cada uno pero también se agotan en sí mismos. No van mucho más allá si se pueden ver con cierto escepticismo.

Reconocimiento y dinero no son suficientes para medir el éxito de un proyecto empresarial personal. Generan una motivación evidente pero no sirven para explicar qué mueve a una persona a implicarse por encima de sus límites conocidos, a vincular todas sus energías al desarrollo de su actividad, a pensar en un horario 24/7 sobre cómo enfocar mejor su trabajo… a tantas y tantas privaciones, molestias y sufrimientos que pueden parecer pequeñas perversiones propias de masocas a quien no las haya vivido en primera persona.

Encontrar qué motivaciones producen eso no sólo se intuye como la respuesta a las claves con las que medir el éxito, sino quizá también a las claves de la propia vida.

Hecha la reflexión sobre la vertiente profesional, siempre aparece el proyecto de vida que tiene cada uno. Proyecto de vida como la definición de los objetivos que persigue una persona para procurar su felicidad.

Afortunadamente cualquiera puede hallar en las motivaciones que van más allá del valor de las compensaciones económicas (dinero) y sociales (reconocimiento) comentadas aquí la justificación a lo que le mueve para ser feliz. Llegar a ser lo que uno desea ser sí mide el éxito y la felicidad personal.

No todo se mide en euros. La clave es el proyecto de vida.

Dedicado a Juan Carlos Vich. Contenido SEO le desea lo mejor en su nueva aventura empresarial.

0
Related Post

Add Comment