Una paradoja recuperada de un correo antiguo, pero de vigencia hiriente.
“(…) la alternativa a la mayoría de esos pobres chavales es nula. No tienen futuro, sólo un presente por el que pelear de la forma que sea. Tienen una vida muy complicada, independientemente de que se sientan felices. Algunos se quedan en el camino. Ves a algún niño unas cuantas veces, hablas con él y un día deja de aparecer para no volver nunca más. ¿Dónde estará? ¿Qué es de su vida? (…)”
(…)
“Se me olvidaba. Los niños en Angola ríen más que en España, son más felices y se divierten más, aunque como he intentado contar digieren demasiada realidad.
Muchos la palman pero, al mismo tiempo, muchos niños en España con un presente y un futuro cómodo lo tienen todo para ser más desgraciados todavía, lo cual no deja de ser una paradoja un tanto cruel: niños que viven tan embrutecidos como sus mayores en una sociedad que les da tanto que acaban por no tener nada.”
Escuece pensar la desigual esencia que existe entre un mundo y otro.
Tenemos tanto que acabamos por no tener nada…
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